Rendirse no es una opción

Cuando era pequeño empezó a nadar a raíz de un problema en las rodillas: las juntaba demasiado. Así que el médico le recomendó que nadase.

Desde ese momento hasta que se retiró a los 31 años la piscina ha sido su vida. Cuando era niño y adolescente, Brenton ganaba todos los campeonatos a los que se presentaba. A los 11 años, tras ver pasar la antorcha olímpica de las olimpiadas de 1992, en Brenton se forjó su mayor reto deportivo: "Yo quiero ir a los Juegos Olímpicos". Así que a los 19 años (año 2000) probó por primera vez a hacer el tiempo necesario para ir a los Juegos Olímpicos. Se quedó a 17 centésimas.

Persistente, se planteó ir a los Juegos de 2004. Tras marcharse a Australia a cambiar su estilo de entrenamiento, acabó teniendo una lesión que le dejó sin poder entrenar hasta un mes y medio antes de la prueba clasificatoria. En esta ocasión se quedó a 8 décimas de segundo.

Tras plantearse abandonar su sueño, decidió volver a prepararse para ir a los Juegos de 2008. En esta ocasión tenía 3 oportunidades: Campeonato de Europa, Campeonato de España y un campeonato internacional que se celebraba en Barcelona. Después de unos problemas físicos antes del Campeonato de Europa que le impidieron conseguir su objetivo, finalmente lo consiguió en el Campeonato de España.

Para él, ese momento fue espectacular. Consiguió clasificarse el 14 del mundo y, lo más importante, cumplir su sueño: Ir a los Juegos Olímpicos.